Las huellas de vehículos y precarios refugios de pescadores se entremezclan con las pinceladas blancas, negras y rosadas de los cisnes de cuello negro y flamencos que ocupan la cabecera del lago, mientras el cerro El Puntudo insiste en testimoniar con su presencia una historia muy especial.
El lago esconde una impresionante concentración íctica producto de esa historia. Vale la pena conocerla: allá por el año `40 un avión que transportaba alevinos con destino final en el lago Fagnano en Tierra del Fuego se vió sorprendido por una tormenta; el riesgo que la demora en el vuelo implicaba para la preciosa carga obligó al piloto a tomar una decisión: liberarlos en el primer espejo de agua que apareciera...y antes que las crías murieran el lago Cardiel se convirtió en su nuevo hogar.
Algo que agradecen infinidad de fanáticos, ya que ésto convirtió al hasta ese momento ignoto lago patagónico en el hoy paraíso de la pesca deportiva |
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