El
Strobel es un gran lago ubicado en la
meseta patagónica, en el centro de la
provincia de Santa Cruz. Su nombre recuerda al misionero jesuita
Matías Strobel, que misionó en el norte de la
Patagonia a mediados del siglo XVIII.
Ubicado en la estepa desértica patagónica, el clima en la región es seco, extremadamente ventoso y muy frío. Sus costas, en parte altas y rocosas, en parte playas con canto rodado, carecen casi por completo de vegetación. No obstante, hay en las orillas alguna vegetación palustre. Sus aguas están pobladas de
truchas, las cuales, al no haber sido masivamente pescadas, permiten a sus escasos visitantes cobrar piezas muy numerosas y voluminosas.
Repartidas entre varios propietarios, las tierras que lo rodean son dedicadas a la ganadería ovina; los animales se proveen de agua en el lago. Algunas de las estancias de sus alrededores han comenzado a recibir pescadores y a prestar servicios turísticos y alojamiento.
No es sencillo acceder hasta el lago, empezando por la distancia de 115 km. a la localidad más cercana,
Gobernador Gregores, y el cruce de la "Meseta del Viento", de decenas de kilómetros de largo. Por otro lado, los caminos de la zona no han sido construidos para llegar al lago sino a las estancias, por lo que sólo algunas huellas en mal estado permiten apenas acercarse al mismo.
Hace siglos, este lago pertenecía a la cuenca del
río Chico, afluente del
río Santa Cruz. Actualmente, su desagüe está seco y es el centro de desagüe de una cuenca endorreica, que concentra aguas de la precordillera patagónica.
El lago tiene también una importante población de aves. En unas pequeñas lagunas cercanas existe la única población de una especie endémica, descubierta a fines del siglo XX: el
macá tobiano. En sus orillas existen algunos restos de bosques petrificados, y en la zona se pueden encontrar algunas pinturas y grabados indígenas de gran antigüedad, posiblemente de hasta 9.000 años.